25 de enero
La lluvia me acaricia con su lengua vanidosa,
me ladra
y me chantajea con su frialdad.
Trivial e irónica
me canta una poesía asediada por la envidia de los pájaros.
Llueve
y los chojines
se zampan de entremetidos entre la lluvia y mis oídos,
ellos atisban
que pronto se irá,
pero no, florecerá,
se queda
y ellos mismos gozarán de esas mieles
cuando el verano curta
los broqueles de la mama tierra.
– Candelario Reyes García
Hoy, día de las mujeres