Axhiote

Colorado el atardecer,
como si fuera un cántaro de barro
deprendido de los labios
y el rubor de una campesina
que en el afán
por domarse la cabellera,
el manotazo desgaja dibujos
y tiñe su rostro.
La tarde es una moza
que une en el apaste achiote
a su misma coloreada sabrosura,
tinte de la desnudez,
ajuar en enjuague de semilla fresca
al atardecer,
tinte y hembra,
pasta de sonrisa y soplo el poniente,
platillo que ruboriza de sabrosura
en la intimidad
de deleitar bien
tu exquisitez de mujer.

-Candelario Reyes García
8 de marzo 2014

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