Candelario Reyes García
(Niño hondureño escritor en resistencia)
El color es un universo cultivado
en el patio de casa,
en el bolso escolar,
una rayuela saltando desde el polvo,
un jardín de lápices
dibujando aromas y mariposas.
¿Y el jardinero,
quién es?
No lo hay: en el patio está Oscar David,
con sus amigos,
juntando rondas,
haciendo juegos
¡Felices, plenos,
en resistencia
de existir en felicidad!
Y la luz de las estrellas baja temprano de la tarde,
a copiarlos.
Y la bandera viene con el viento,
flameante con júbilo de niña viene a tomar oxígeno
para su azul cielo
y filigranas para sus estrellas de mar.
Y el hidrógeno del sol,
se apronta,
para tomar el verde antes de que se lo lleven
todo,
sólo para ellas,
las guacamayas.
¡Éste Montesinos,
dice la mañana saltando la cuerda,
sí que sabe colorear!
Montesinos,
como don Quijote jugando desnudo en las grutas
de su inocencia y ventura,
o como las guayabitas agridulces
de las llanerías de Copán,
inventa el color amarillo,
que está feliz de ir y venir,
correr y saltar,
con este niño que deshace los nudos
que amarran la imaginación,
pero que él suelta y les da nuevo sabor.
Y sudan las nubes del poniente
azufre de río de reír
y el rojo pinta celajes de prismas maravillantes
¡Se ve que hay lápices de todos los colores
en esta resistencia
que pinta Oscar David
al jugar al juego de la libertad,
que es el único juego válido,
al ser libre y colorear!
Y en los patios donde hay brillos gozos
jugando, elevándose, siendo niños, niñas,
los colores toman velocidad,
imaginación,
energía y más colores,
y gritan con Oscar David
¡Resistencia Popular!
Y es que el juego inicia y siempre
inicia y no termina de iniciar.
Candelario Reyes García
Con admiración y fe.