— ¿Para dónde vas Palmerolo que te veo que llevas un trote apretado como si llevaras prisa?
— Voy para la escuela, la presidenta Xiomara ya dio por inaugurado el año escolar
— ¡Palmerolo! ¿Tú vas para la escuela?
— No hay edad para estudiar, lo que debe haber es ganas de aprender y darse cuenta que uno no lo sabe todo.
— ¿Pero si vos sabés leer y escribir?
— ¡Eso no basta!, no basta, ahora que la tecnología ha cambiado, las herramientas que se usan en la sociedad van a una velocidad acelerada, uno debe de asumir cambios culturales, para eso hay que estudiar
— ¿Yo debo estudiar también?
— ¡Y por qué no viejito! Mientras tenga dudas de, ¿si debo no debo, de si soy o no soy, de si puedo o no puedo? Significa que tiene un reto por resolver.
— ¡Pero es que es tan aburrida la escuela!
— No ofenda a los burros, Poeta, usted no sabe lo feliz que somos cuando no nos ponen carga ¡De dónde los humanos se sacan esas palabras feas como, aburrido!
— ¿Y qué esperas de la escuela, Palmerolo?
— ¡Hum! Ya va usted con sus preguntas, pero le responderé. De la escuela espero alegría, aprender alegre, jugar, jugar aprendiendo, hacer arte, hacer aprendiendo, leer, lectura creativa. Espero deportes, experimentos, profesores que me sorprendan porque están vivos y buscan innovar las vidas de nosotros los escolares.
— ¡Qué bonito Palmerolo! ¡Qué bonito!
— Sí, soy bien bonito
— No, Palmerolo, qué bonito, digo yo es tu proyecto escolar.
— Aprovecho para decir que quiero ser un burro tecnólogo. Por eso le aviento un gran saludo a doctor Luther Harris Castillo, ministro de ciencia y tecnología y le pido que vigile, que haga que la escuela tenga la sonrisa de él, alegre porque él se ha esforzado por aprender y ahora es un ciudadano negro que brilla porque es un diamante de esta rica sociedad hondureña compuesta por diversos pueblos y culturas.
— ¡Ah, pucha Palmerolo! ¿Qué clase de piropos son esos?
— Y tengo más, para toda la niñez de Honduras, ojalá y todos queramos parecernos al científico Don Salvador Moncada, al joven matemático José Ramón Madrid, a las científicas, María Elena Botazzi, Karla mossi, Yahira Mendoza, Mary Vallecillo, al niño Ian Briceño que es un gran artista.
— ¡Palmerolo me sorprendés! Definitivamente ir hacia la escuela es el mejor camino que existe.
— ¡Sí!, un burrito cómo yo les pido que haya mucho futuro, que nazca de nuevo Guillermo
Anderson, Jeannette Kawas, Berta Cáceres, Clementina Suárez, Bertas Olivas a montones.
— ¡Palmerolo, quiero abrazarte porque sos un gran escolar!
— ¡Venga ese abrazo de esplendor, Poeta!
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