Palmerolo traspapelado

¡Palmerolo, Palmerolo, Palmerolo! Me levanto gritando, todavía un poco adormitado. Voy por todas partes dando voces y no lo encuentro ¿Qué le habrá pasado al borrico, me pregunto? Además, considero la posibilidad de que mis vecinos se alarmen, aunque mis voces procuro irlas dando en los sitios donde a lo mejor Palmerolo pudiera estar jugando a las escondidas, como es normal con los espíritus chocarreros.
No está en el patio, en el jardín, lo busco entre los libros de la biblioteca. Hojeo libros. Pero nada. Se me ocurre que puede estar con sus amigos del WhatsApp. Y sí, allá lo veo, junto con Bartolo Fuentes protestando ante la perfidia de los “criminalitos” activistas de aparente indefensión hijos de la dictadura que se resisten a entregarle las instituciones al pueblo.
¡Palmerolo! Exclamo, ¿no sé por qué? Pues no debe sorprenderme que ya no quiera estar sólo como espectador crítico sólo mirando la escena y no yendo a donde debe de ir.
Es aterrador lo que está sucediendo, aunque no lo parezca, es sólo la punta del puñal que están sacando los criminales para no dejar gobernar a la presidenta Iris Xiomara Castro Sarmiento. La mujer, la ciudadana mejor posicionada en la historia de la nación en doscientos años, electa por una mayoría abrumadora.
El pueblo ha dado el veredicto. El Soberano. Esa es la medida de este cambio revolucionario de ir de la dictadura hacia la democracia. Pero no es un pasaje fácil. No lo es. Y se hace patente el grito de Berta Cáceres ¡Despertemos humanidad! Todavía es tiempo.
Lo simple, es simple ¿Dónde está el dinero? Eso es lo que quieren evitar. Rendir cuentas de los veinte mil millones de dólares con que nos han endeudado ¿Dónde está el dinero? Rendir cuentas, desde el día del Golpe de Estado.
Después de 12 años de dictadura, subió el saldo de la deuda interna de 20 mil millones a 179 mil millones, 700%; el saldo de la deuda externa de 37 mil millones, subió a 157 mil millones, 319%. Y deben de rendir cuentas porque la pregunta es permanente ¿Dónde está l dinero?
Así que es una farsa, decir: Hemos asaltado el Congreso, para que el presidente sea de Libre. Esa es la farsa. Ese es el caballo de Troya.
Quieren mantener turbias las aguas en el caos. Así de fácil lo consideran montándole una anarquía en paralelo para que la dictadura no sea desmontada y el gobierno del pueblo en resistencia, encabezado por Xiomara, fracase.
Palmerolo es nada más un burrito, pero ve clarito el fantasma del caballo de Troya. Hace más de cuatro milenios que sucedió la guerra de Troya; sin embargo, los bandidos continúan usando el mismo truco, sangriento, de exterminio total, pues de Troya no dejaron ni los cimientos. Nada. Como no quieren dejar nada de Honduras y vendernos como esclavos exportables y a la soberanía volverla pedazos.
En nombre de la libertad, los usurpadores le quieren negar la libertad al pueblo, su soberanía. Negar el legado de Francisco Morazán, que dedicó toda la lucha, por ese principio: La libertad.
Libertad de conciencia, libertad de opinión, libertad de religión, libertad económica frente a los criollos de la capitanía general y el virreinato.
Esta vez los asaltantes quieren hacer capitular a la mujer heredera de Francisco Morazán y de Josefa Lastiri. No quieren dejarla gobernar, aunque digan que ellos asaltan el poder para apoyarla en todo. Pero la presidenta Iris Xiomara no es una mujer estúpida que se va a confiar de quienes primero dan el golpe y después juran fidelidad, lealtad, amor puro y verdadero.
¡Ni golpes contra las mujeres, ni golpes de estado! Es la consigna que hemos gritado en las calles mientras nos han gaseado y toleteado.
Los grupos criminales usan la mentira, el engaño. Quieren que la institucionalidad del estado se maneje a su antojo de asaltantes. Prisa, carrera, asalto, una juramentación pirata de una directiva negociada con el enemigo y decir luego “nosotros somos los auténticos, los legítimos” Y establecen de esa manera sus tiendas de guerra contra el nuevo gobierno nacido del dolor y de la protesta ciudadana.
¡Grupos de poder, poder fáctico, poder podrido! Grita Palmerolo en la voz de Bartolo Fuentes, con valentía, diciendo ¡Alto cachurecos! ¡No pasarán!
Viendo el panorama veo que Palmerolo no juega a las escondidas, se suma a la lucha.
Ahora no sólo basta demandar que el nuevo gobierno cumpla sus promesas, que el gabinete de gobierno se vista de esta y de otra manera. Con el modisto, este o tal por cual para ir al estadio o a la oficina. Ahora se trata de la verdad, de la participación ciudadana. Se trata de que nos sumemos a la acción de refundar la nación. No exigiendo una chamba, como muchos andan ya corre y corre. No. Se trata de sumarse al esfuerzo de contribuir con soluciones. Ya lo dijo la presidenta: recibimos un cadáver, que si bien todavía respira es porque esta nación se niega a desaparecer.
Por eso es urgente sumar, unir y vencer para transformar, como bien lo dijo un día el doctor Carlos Roberto Reina, cuyo nombre Palmerolo lo recuerda porque fue un presidente honrado de finales de siglo pasado. Después del cual creímos que la democracia sería reposada y cimera. Que nunca más habría Golpes de Estado. Y no. Luego se vino la noche oscura. La criminalidad de los que han hecho de la patria su hacienda de asalto, fueron poco a poco avanzando hasta llevarla al caos de esta situación, en que sólo el crimen reine y nada que sea cercano a la justicia, al bienestar social, a la verdad y la transparencia.
¡Palmerolo, Palmerolo! Exclamo, pero el viento me devuelve la voz, como enrostrándome, de que no basta gritar, hay que actuar, sumarse, unirse y colaborar en la transformación por el bien y la justicia de la patria morazánica.

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