Parques de la Expresión
En 1989, cuando iniciamos las primeras acciones del Centro Cultural Hibueras en Santa Bárbara, Lupita y yo reflexionamos sobre cómo empezar una labor artística que tuviera un impacto significativo y que no demandara muchos recursos, ya que solo contábamos con nuestro modesto patrimonio. Así trajimos a la memoria que en la década de los ochenta habíamos trabajado con el Grupo de Teatro Yahamalá, que tuvo un gran impacto, así como con los movimientos estudiantiles y campesinos de teatro. Sin embargo, esas actividades requerían mucho tiempo, dinero y personal artístico y para la organización.
Decidimos convocar a voluntarios, principalmente jóvenes profesionales que habían hecho teatro con nosotros. Así nacieron los Parques de la Expresión. Nos íbamos los domingos desde temprano, distribuyéndonos en parejas de trabajo para celebrar con los niños de las aldeas y barrios. La actividad incluía principalmente juegos tradicionales, mimos, juegos teatrales, cantos, rondas y dibujo. Algunas veces teníamos témperas y crayolas y pintábamos.
Estos parques de la expresión se convirtieron en la matriz para volver a los festivales de teatro y a otras formas de expresión artística como las artesanías, la alfabetización y el desarrollo de PEPIN, el primer programa de Cultura de Paz con enfoque metodológico.