A mis habituales lectoras
Podar el planeta, pero recreándolo,
juntar el pétalo con el perfume
y unir el polen, con el poema.
Artistas,
me consta que la luz de los naguales
es una mariposa en sus manos.
Los tallos de sus dedos
en la enredadera de los sueños
despiertan suelos y bordan el pañuelo del humus
con la cautela del rocío.
Oficio mayor la jardinería
en el robusto escaramujo planetario,
en la gota que atrapa la joya
y en la luciérnaga que cela las tijeras
que unen la etérea masa del pensamiento
con la raíz y la tersura.
Edenes
que inventan leyendas tejidas por hormigas
donde es mayor la bella seducción de la mujer
que los desplantes de Dios.
Candelario Reyes García
10 de febrero de 2014