Palmerolo al natural en la amistad

— ¡Buenos días, Poeta! Ya es hora de salir a escuchar los pajarillos del amanecer.
— Me despertaste, Palmerolo ¿Por qué andás tan alegre?¡Buenos días!
— Es que tengo una buena noticia. Buenísima para mí ¡Ni imagina!
— No, para nada ¡Pero cuéntame! No perdamos el tiempo en misterios, sólo cuéntame.
— ¡Me escribió el amigo Mel! José Manuel Zelaya Rosales.
— ¿El presidente Mel, te escribió? ¿Crees que soy un tonto? Esa es una fantasía contradictoria de parte tuya. Él no te puede escribir. No, para nada. Por una parte, él apenas tiene tiempo para sus cosas personales; por otra, tú eres un espíritu, casi un fantasma ¿cómo puede hacerte llegar una carta hasta el cielo?
— De igual manera que dialogo con usted, es un asunto de igualdad básica. Coincidimos no en sueños, sino en la grandeza de espíritu.
— ¡Ajá! Me das satisfacciones, me adulas, con eso de la grandeza de espíritu ¡Ya lo deseara yo!
— No se le olvide que mi espíritu ha nacido del pueblo en resistencia, pero primero, ha nacido del espíritu de Mel hacia el patriarca Tolupán Cipriano Martínez. Soy la joya con grandes orejas y hocico que une esa amistad. Esa capacidad de lealtad entre amigos.
— ¿Ajá, qué te escribió el presidente Mel? ¡Ah burrito retozón que sos pegándome mentiras!
— ¡Estoy alegre! Me escribió para contarme que ya leyó el libro “Palmerolo lee el Quijote” que se lo ha leído a la presidenta Iris Xiomara, por las madrugadas, para tomar vuelos en el sueño, le lee a ella. Igual le canta, le cuenta chistes, ríen un poco antes dormir. Es la magia del amor.
— ¡Qué bonita esa escena que me contás! ¿Pero por qué en la madrugada?
— Mire, ellos ya están en la edad del amor Ágape, ya superaron todo tiempo para frivolidades, se coquetean, se entienden, son cómplices del primor… Son gente que trabaja hasta muy tarde y es hasta la madrugada que llegan a sus lechos a descansar.
— ¡Oye, cómo los describes Palmerolo! Realmente les tenés cariño. Además, sos un filósofo.
— Yo soy fruto de su cariño, de su sabiduría de hombre de pueblo, de gran sentido común, sentido del humor y de la amistad. No es fácil igualar en eso a Mel. Por eso el pueblo lo ama y los envenenados lo mal quieren; al nivel que se rompe la normalidad. Lo cual lo hace trascendente.
— ¡Eres un gran amigo, Palmerolo! Lo ensalzas.
— El gran amigo es él. Conmigo y con todo mundo, ese es su privilegio. De manera natural tiene luces y es un gran líder ¿Por qué? Porque es un hombre desprendido, generoso, leal, como nacido de una canción cubana.
— Es un fenómeno la manera como te referís a tu amigo. Un burrito describiendo a un humano.
— Para nada, Poeta, él es un gran amigo, sincero, abierto, como si fuera salido de un verso de José Martí ¡No lo ve con la sonrisa a flor de labio! Ese ser es natural, no se puede fingir.
— ¡Vaya, vaya, Palmerolo, lo estás endiosando!
— Para nada. No se endiosa a un amigo. Sólo se le es leal y se le reconoce. Su poder es el cariño del pueblo. Devolverle lo que es él. A Mel no le gustan las lisonjas.
— ¿Quisieras que vuelva a ser presidente?
— No. Para nada. Quiero que sea líder siempre y que acompañe los tiempos de renovación de la juventud. Yo le quiero destacar algo sencillo de su grandeza… si no fuera por Mel, hoy estaríamos peor de lo que nos ha dejado la dictadura.
— ¿Cómo así?
— Cuando las fuerzas oscuras le dieron Golpe de Estado, muchos sectores de la resistencia, llamaban a la lucha armada, a reducir un ejército golpista con la gran fuerza popular. Dar la misma respuesta. Porque mientras el pueblo era pacífico, los demonios golpeaban, secuestrando, asesinando. Y él dijo, NO. Y esa fue una lucidez grande de su parte. La lucha pacífica del lado del pueblo. Hemos tenido muertos, muchos mártires. Pero la desgracia y la muerte nos hubiera superado con ventaja, si nos hubiéramos ido a una guerra, estaríamos despedazados y con contradicciones difíciles. No es fácil parar una guerra. Y los nefastos seguirían en el poder.
— ¡Hum!
— ¡No puje, Poeta!… Si hubiera habido guerra, estaríamos sin esperanza alguna y más intervenidos de lo que ya estamos… No es perfecto, es humano Mel, pero tiene la capacidad de adivinar, de intuir, de ver mucho más allá.
— No pujé con mala intención. Pujé porque he descubierto por nivel de lenguaje, que ya me has superado como lector. Ahora te pregunto ¿Será que Mel tendrá algo de gitano? Por ese empuje de sabiduría natural.
— No. No es gitano. Tiene mucho de buena fe y ama a su pueblo, sin andarlo diciendo. No, él no anda con prédicas, él responde, es sensible y muy ligado a la realidad de su pueblo. Simplemente actúa en consonancia con un pueblo que se ha levantado en resistencia.
— Ya sos mejor poeta que yo, Palmerolo…. Me dejaré de petulancias.
— Poeta, el brillo de Mel vale una rúbrica de rayo, de trueno. Que así es la firma de Mel… ¡Mire poeta, aquí está impresa en esta carta! Es hombre a carta cabal mi compa Mel.

 

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